Desde tiempos inmemorables existió en diferentes personas la videncia natural, estas la perciben desde sus primeros años siendo evidente su característica innata.
Cuando hablamos de clarividencia nos referimos a personas con la capacidad de ver lo que se haya oculto mediante los diferentes sentidos de la persona tanto la visión de imágenes, como el oído o complejas sensaciones que lo facultan y le permiten conocer acerca del futuro e incluso del pasado de algún hecho o situación. Se trata de una capacidad innata que excede a las comprobaciones racionales o científicas.
Como bien se ha observado la videncia natural es una capacidad innata, es decir que viene del nacimiento, pero que con el pasar de los años se agrava.
Hay quienes afirman que gran cantidad de niños poseen la videncia desde siempre pero que la educación impuesta y la sociedad misma va coartando la posibilidad de la maduración cognitiva, pero vale destacar que a la hora de hablar sobre videncia natural se refiere a quienes poseen un nivel tan elevado de precognición que no puede ser de ningún modo coartado. Ya que esta precognición que experimentan los videntes naturales se transmite a todos los hábitos de la vida cotidiana, a tal punto que no puede suprimirse u olvidarse, invadiendo cada vez con mayor profundidad el desarrollo de estas personas.
Las sociedades orientales son reconocedoras de la videncia natural desde ya mucho tiempo, en algunas tribus del oriente cuando se pone en tela de juicio la capacidad de videncia de algún sujeto este es llevado frente a un maestro que mediante diversas técnicas determinan si posee o no la facultad. Para ellos la videncia natural es bien entendida y hasta reconocida como un don.
Un ejemplo de esto fueron las tribus organizadas con chamanes, quienes eran reconocidos como videntes naturales y con la capacidad de conocer los niños que también poseían este don. Estos eran reconocidos desde su nacimiento y las decisiones, elecciones y todo lo que profesaran era reconocido como lleno de sabiduría y de carácter divino por ser regalado en la naturaleza de su nacimiento. Sin embargo muchos creen que el don no solo acaba ahí, sino que además incluye la sabiduría para poder distinguir de los anhelos personales por sobre las visiones y un ferviente deseo para conocer y aplicar la equidad y la justicia con la ayuda de este don, así estas tribus reconocen a la videncia natural como positiva para la comunidad y que debe cuidarse y atenderse.
La persona que nace con videncia natural no puede ocultarla bajo ninguna circunstancia y se ve obligado a orientar su vida sobre este don.
La videncia natural ha sido reconocida por innumerables obras literarias, películas e incluso se han realizado estudios científicos sobre esto, a pesar de ser de una naturaleza superior a la científica.
Para reconocer la videncia natural es necesario informarse y conocer acerca del asunto.